Diario Tiempo Argentino

La inversión social pasó del 20% del PBI a casi el 30% entre 2001 y 2009. En ese lapso, la pobreza se redujo 16 puntos porcentuales. Además de las políticas específicas también impactan la expansión del empleo, de la jubilación y de los salarios.

Si el resultado electoral de ayer tiene relación con la mejora de la situación social, es claro que entonces la votación ha sido coherente con lo sucedido en los últimos años.

El proceso económico que se abrió en 2003, cuyo eje es la inclusión social, ha tenido resultados concretos sobre la vida y el bienestar de millones de personas. Basta tener en cuenta que desde ese año se crearon 5 millones de puestos de trabajo netos, es decir, ya descontados los que se perdieron, según el Ministerio de Trabajo.

El caso es que según un informe de CIFRA, los desembolsos en políticas sociales pasaron de $ 54.348 millones a valores constantes hasta 2001 a $ 113.319 millones en 2009. A ello hay que agregarle los $ 10 mil millones anuales de la Asignación Universal por Hijo (AUH). De allí que pasó del 20,7% del PBI al 29%.

Por otro lado, una investigación del centro de estudios Ceil-Piette indicó que el desarrollo de la producción industrial y los servicios vinculados resultó en un crecimiento anual medio del empleo urbano total del 2,6% entre 2003 y 2009, contra un incremento de la Población Económicamente Activa (PEA) del 1,2% anual medio, “posibilitando la caída del desempleo a tasas que no se verificaban desde los inicios de la década de 1990”, indicó el trabajo.

El informe consigna, además, que desde mediados de 2003 hasta el primer trimestre de este año, el trabajo no registrado experimentó una disminución de 16 puntos porcentuales, al pasar del 49,5% del total de los empleados al 34,1% en el primer trimestre de este año. Además, mientras que durante la Convertibilidad, de cada diez puestos de trabajo que se generaban, nueve eran no registrados, en la actualidad ocho son registrados y sólo dos no registrados.

Otro dato que mide el salto en el empleo y el descenso de la desocupación está dado por la evolución de la tasa de asalarización, que mide el peso de los asalariados en el total de los ocupados. En 2003 estaba en torno del 72%, mientras que a fines del año pasado alcanzó el 77,2%. El crecimiento de este indicador implica un descenso simultáneo de la proporción de trabajo no registrado.

En estos años, el salario acompañó el crecimiento del empleo. Desde el período octubre-diciembre de 2001, el índice de salarios del Indec se incrementó en un 373,52%. En el último año se mantuvo el ritmo de crecimiento de los años anteriores a la crisis de 2009. En el año que transcurrió entre junio de 2010 y el mismo mes de este año, el salario promedio creció un 27,68%, aunque con matices. El privado registrado creció un 32,94%, en tanto que el no registrado lo hizo en un 30,82%, según las cifras del Indec. Para el sector público, el salto fue menor, del 11,68%.
Desde ya que el aumento simultáneo del salario y del empleo derivó en una reducción acentuada de la pobreza. Entre el tercer trimestre de 2003 y el segundo trimestre de 2009, por primera vez en la historia la incidencia de la pobreza en las personas se redujo entre un 80,5% y un 63,4% (dependiendo de la utilización del IPC GBA o el IPC 7 Provincias, respectivamente), la indigencia disminuyó entre un 70,9% y un 45,6% (con los mismos criterios ya señalados), y la desigualdad cayó entre un 13,3% y un 36,7% (según se compare la dinámica del coeficiente de Gini o del ratio de ingresos medios del decil 10 respecto del decil 1).

Asimismo, otras políticas sociales del gobierno colaboraron con la caída de la pobreza y la indigencia, como los más de 2 millones de nuevos jubilados y pensionados incorporados en el plan de inclusión previsional. Así, suman 6.826.000 los jubilados y pensionados nacionales, y beneficiarios de pensiones no contributivas, que reciben las subas de haberes que estipula la ley de movilidad jubilatoria, por la que en septiembre próximo se incrementarán en un 16,82%, con lo cual el monto mínimo se elevará a $ 1434,29 ($ 1479,29 con el subsidio de $ 45 del PAMI). Este aumento se sumó al de marzo, del 17,33%, lo que arroja un incremento anual del 37,06%, con un gasto anual extra de $ 20 mil millones para la Administración Nacional de la Seguridad Social. Desde 2003, las jubilaciones crecieron 856%. En dólares, el alza es del 361%, al pasar de U$S 75 a U$S 346.

También ha cumplido un rol destacado en la mejora de la situación social la aplicación de distintos programas sociales de alto impacto sobre la pobreza, como las 700 mil familias asistidas con las pensiones no contributivas; el millón de personas que reciben el Plan Familias o el Plan Jefas y Jefes de Hogar. De ellas, la AUH se lleva las palmas: la reciben 3,6 millones de niños y ha permitido sacar de la pobreza a casi 2 millones de personas.

La palabra

CONSUMO. El 100% de los fondos dispuestos para la AUH se destina al consumo familiar.

La cifra. 361% es lo que creció, medida en dólares, la jubilación mínima entre 2003 y 2011. Pasó de U$S 75 a U$S 346, al tiempo que se amplió la cantidad de jubilados y pensionados.

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