Daniel Azpiazu fue un reconocido investigador del área de economía y tecnología del CONICET y de la institución FLACSO. Además de ser un investigador de renombre, Daniel fue por sobre todo un militante comprometido en la lucha por la mejora en las condiciones de vida de los sectores populares.
Su compromiso político se remonta a los años sesenta a través de la elaboración de diversos materiales destinados a la formación sindical. Ya en la década del ochenta, junto a Eduardo Basualdo, comenzó a forjar sus trabajos centrales, los cuales estuvieron dirigidos a caracterizar las transformaciones de carácter estructural que había experimentado la economía argentina tras la dictadura militar. En los años noventa, en plena profundización de las políticas neoliberales en nuestro país, se convirtió en uno de los pocos economistas que anticipó y denunció el impacto que tendría la apertura externa, el proceso de privatizaciones y el endeudamiento en los mercados internacionales sobre las condiciones de vida de la clase trabajadora.
En particular, su trabajo sobre el proceso de privatizaciones encarado desde el Área de Economía y Tecnología de la FLACSO desde mediados de la década del noventa lo convirtió en un referente ineludible no sólo para cualquier investigador del tema, sino también para las distintas organizaciones sociales que contaron con materiales indispensables para comprender acabadamente las funestas consecuencias de dichas políticas para los sectores populares.
A su vez, realizó aportes significativos sobre economía industrial en el marco del agudo proceso de desmantelamiento de la estructura productiva que sufrió nuestro país entre los años 1976 y 2001. También, sobre la elite empresaria y la concentración y centralización que verificó el poder económico en las últimas décadas.
Fue reconocido también por quienes tuvieron la suerte de formarse y trabajar conjuntamente con él como un investigador generoso, interesado siempre en transmitir sus ideas y sus valores a los más jóvenes y, por sobre todo, en desarrollar un pensamiento crítico.
Se trata de un intelectual brillante cuyos aportes fueron centrales para comprender el impacto de las políticas neoliberales en nuestro país, y que también contribuyen hoy a resaltar todo lo que falta por hacer en esta nueva Argentina que está configurando tras casi tres décadas de hegemonía neoliberal. Daniel jamás abandonó sus convicciones y mantuvo hasta el último día de su vida su compromiso inclaudicable por la mejora en las condiciones de vida del pueblo argentino. Con estas breves notas, la CTA lo recuerda y hace un humilde reconocimiento a su vida y a su obra.