Nos preguntamos qué hubiera pasado si hubiésemos firmado el ALCA. ¿Qué hubiera pasado si los gobiernos de América Latina hubiesen aceptado las condiciones que venía a poner a toda América Latina Bush y los Estados Unidos? Lo que hubiese pasado, compañeros, sería que hoy, nuestras economías regionalizadas tendrían que colocar nuestros productos industriales o agropecuarios al mercado de los Estados Unidos.

Néstor está aquí con nosotros. Está en cada uno de los pibes que coparon Mar del Plata. Está Néstor en la decisión de esta Central de los trabajadores Argentinos de seguir reivindicando nuestra pertenencia el proyecto nacional y popular que hoy conduce la compañera Cristina Fernández. Y Néstor está en este extraordinario hecho que vivimos en América Latina.

Nos preguntamos qué hubiera pasado si hubiésemos firmado el ALCA. ¿Qué hubiera pasado si los gobiernos de América Latina hubiesen aceptado las condiciones que venía a poner a toda América Latina Bush y los Estados Unidos? Lo que hubiese pasado, compañeros, sería que hoy, nuestras economías regionalizadas tendrían que colocar nuestros productos industriales o agropecuarios al mercado de los Estados Unidos. Y hoy, con el colapso y la caída cada vez más clara de ese imperialismo y ese capitalismo genocida, está claro que si hubiésemos entrado al ALCA, Argentina y América Latina tendrían una crisis fenomenal en sus economías. Y estaríamos hoy pagando con desocupación, con pobreza y miseria. Por eso, fue estratégica esta decisión. Hubiésemos tenido que reconocer todo el endeudamiento de nuestros países. Hubiésemos tenido que pagar religiosamente los intereses usureros del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. No hubiese habido renegociación soberana de la deuda, como hizo nuestro presidente, el compañero Néstor Kirchner, ahorrando para los argentinos más de 75.000 millones de dólares. Hubiésemos tenido rebaja salarial y se hubiese mantenido la flexibilidad laboral. Porque otra de las condiciones de ese acuerdo de libre comercio planteaba que los congresos nacionales no podían derogar las leyes de flexibilidad laboral que había instalado el neoliberalismo durante todo ese tiempo. Hubiésemos tenido hasta que reconocer la no soberanía de nuestra justicia ante cualquier impedimento, cualquier crisis entre personas, empresas o entre estados. Tendríamos que haber ido a redimir nuestros conflictos frente a la justicia norteamericana. Eso es lo que planteaba el ALCA.

Y fundamentalmente era la anexión definitiva de nuestra riqueza energética, nuestra riqueza alimentaria, de nuestros acuíferos a la voracidad escandalosa del imperialismo norteamericano que como vemos, queríamos el ALCA para seguir matando a otros pueblos libres del mundo, para seguir construyendo un mundo donde prevalece la guerra y el genocidio tan solo para defender sus intereses imperiales. Entonces, ha sido la derrota del ALCA la política más importante que nuestros gobiernos y, sobre todo, que dimos el debate en esa Argentina acompañada decididamente por el pueblo argentino que aquí en Mar del Plata, en un acto multitudinario le dijimos definitivamente no al ALCA y sí a la construcción de nuestra Patria Grande Latinoamericana. Y dimos inicio ahí a otro tiempo. Por eso digo con todo el dolor que Néstor vive aquí. Y ¿dónde vive? ¿Dónde está Néstor? Ahí está, en el trabajo que hemos recuperado. En los más de 5 millones de puestos de trabajo que hemos recuperado. Vive en los salarios de nuestro pueblo, de los trabajadores del sector público, del sector privado. Vive en las convenciones colectivas de trabajo que discute el movimiento sindical con los empresarios. Vive en cada uno de los pibes que hoy tiene la Asignación Universal por Hijo y le permite a nuestros compañeros arrasar con la pobreza y con la indigencia.

Vive en las más de 1400 escuelas que hemos construido a lo largo y a lo ancho del territorio nacional para hacer que la educación sea un derecho para todos. Vive en la estatización del sistema previsional que hicimos en el Congreso Nacional y que nos permitió incorporar a más de tres millones de nuestros compañeros jubilados al sistema previsional.

Vive, sobre todo compañeros, en nuestra voluntad, en nuestra decisión, en nuestra rebeldía de construir en Argentina y en América Latina una gran unidad que va a detener las propuestas imperiales, vengan de donde vengan y haga avanzar la Patria Grande Latinoamericana, con su pueblo organizado, con su pueblo movilizado para construir definitivamente la sociedad que merecemos y que haremos que sea una sociedad donde todos estemos integrados. Por eso Néstor vive en todos nosotros. Néstor vive en sus hijos. Néstor vive en la compañera Cristina Fernández de Kirchner, a quien le mandamos una solidaridad y un amor que ella sabe que nosotros le tenemos. Quiero, para terminar, pedirle también a mi compañero y amigo Emilio Pérsico, una reflexión que es la de todos los compañeros que nos hemos convocado en este día histórico. Muchas gracias compañeros.

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