Francisco "Paco" Urondo nació en la ciudad de Santa Fe, el 10 de enero de 1930. Fue un prolífico novelista, cuentista, ensayista, poeta, dramaturgo y periodista militante que hoy cumpliría 82 años.

Juan Gelman lo definió como "uno de los poetas en lengua castellana que con más valor y lucidez, y menos autocomplacencia, luchó con y contra la imposibilidad de la escritura. También luchó con y contra un sistema social encarnizado en crear sufrimiento. Sus poemas quedarán para siempre en el espacio enigmático del encuentro del lector con su palabra."

Urondo, artista de las letras comprometido con su tiempo, es recordado junto a sus colegas Rodolfo Walsh y Haroldo Conti por luchar con la prosa y el cuerpo al punto de dar la vida por oponerse al sistema opresor que se buscó instaurar en la década de los años ’70 y que finalmente se logró imponer con todo su esplendor en la década de los ’90.

Paco Urondo murió asesinado en Guaymallén, Mendoza, el 17 de junio de 1976, enfrentando a la genocida dictadura militar. Su esposa Alicia Raboy fue secuestrada y desaparecida en ese mismo hecho. "Empuñé un arma porque busco la palabra justa", dijo alguna vez.

La verdad es la única realidad
Del otro lado de la reja está la realidad, de
este lado de la reja también está
la realidad; la única irreal
es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien
si pertenece al mundo de los vivos, al
mundo de los muertos, al mundo de las
fantasías o al mundo de la vigilia, al de la explotación o
de la producción.
Los sueños, sueños son; los recuerdos, aquel
cuerpo, ese vaso de vino, el amor y
las flaquezas del amor, por supuesto, forman
parte de la realidad; un disparo en
la noche, en la frente de estos hermanos, de estos hijos, aquellos
gritos irreales de dolor real de los torturados en
el angelus eterno y siniestro en una brigada de policía
cualquiera
son parte de la memoria, no suponen necesariamente
el presente, pero pertenecen a la realidad. La única aparente
es la reja cuadriculando el cielo, el canto
perdido de un preso, ladrón o combatiente, la voz
fusilada, resucitada al tercer día en un vuelo inmenso
cubriendo la Patagonia
porque las masacres, las redenciones, pertenecen a la realidad, como
la esperanza rescatada de la pólvora, de la inocencia
estival: son la realidad, como el coraje y la convalecencia
del miedo, ese aire que se resiste a volver después del peligro
como los designios de todo un pueblo que marcha
hacia la victoria
o hacia la muerte, que tropieza, que aprende a defenderse,
a rescatar lo suyo, su
realidad.
Aunque parezca a veces una mentira, la única
mentira no es siquiera la traición, es
simplemente una reja que no pertenece a la realidad.

Cárcel de Villa Devoto, abril de 1973

Fuente: Agencia Paco Urondo

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