Publicado en Caminos (www.ecaminos.cu/)

Este año promete ser significativo para las movilizaciones sociales en América Latina. A las luchas cotidianas impulsadas por redes, organizaciones y movimientos populares en distintos países de la región, se sumarán los foros continentales que, a partir de una honda mirada al contexto, posibilitarán la toma o consolidación de iniciativas ante las diversas problemáticas que enfrentamos .

La agenda de los movimientos quedó abierta en Porto Alegre, Brasil, con el Foro Social Temático (FST), que tuvo lugar entre el 24 y el 29 de enero . "Crisis capitalista. Justicia social y ambiental” fue el tema que aunó a actores y actoras para discutir alternativas ante un modelo que pone en riesgo el bienestar humano y la armonía con la Madre Tierra.

Para avanzar de conjunto en una sólida alternativa, los movimientos populares tendrán que atravesar una vez más un debate sobre el foro y la necesidad de rescatarlo como lugar de convergencia de luchas debido a la evidente entrada de un pensamiento complaciente con el capital que pretende cooptar el espacio, principalmente, a través de ONG que actúan como agencias financiadoras del evento, hasta convertirlo en una irreversible fiesta de colores y folclor.

La reunión de la Asamblea de Movimientos Sociales, que sucedió en esos días, fue una oportunidad para colocar empeños en conservar el espíritu de cambio que desde su génesis hizo de este encuentro un canto de esperanza.

Cruzar por ese desafío permitirá también que sean más nítidas las propuestas de los movimientos y redes que ven el Foro Social Temático como una estación en su camino hacia la Cúpula de los Pueblos
de Río +20.

Y es que las discusiones sobre cambio climático y justicia ambiental permearán la agenda social a lo largo del año. Desde abajo se prepara un foro alternativo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sustentable (Rio+20), que tendrá lugar en junio en Río de Janeiro, Brasil.

Las falsas soluciones propaladas por los gobiernos, sobre todo de países desarrollados; la crisis del multilateralismo visible en conferencias anteriores como la de Copenhague, Cancún y más recientemente Durban —pasando por el válido intento de la Cumbre de Cochabamba, convocada por Evo Morales que, sin embargo, no logró enrumbar un proyecto desde los pueblos—, son sirenas de alerta para los movimientos populares.

Este proceso de articulación de las organizaciones sociales también rompe con la defendida economía verde impulsada por las potencias capitalistas que, en última instancia, aplaude una mayor concentración corporativa global y un supuesto desarrollo basado en la explotación de esos bienes comunes de la naturaleza.

Diez años después de la llamada Cumbre de la Tierra, testigo de una amplia movilización social, los movimientos y organizaciones volverán a Río de Janeiro, ahora en contexto más preocupante, que exige con urgencia, como dice Frei Betto, “reinventar la convivencia humana".

La agenda social también estará encabezada por la solidaridad, esencialmente, con países como Haití y Honduras. La tensa situación en el departamento hondureño de Colón, en el Bajo Aguán, donde arrecia la militarización con operaciones como Xatruch I y II para criminalizar al movimiento campesino, y donde además se derogó sin vuelta atrás el decreto 18-2008 sobre la reforma agraria, lo que ha dejado manos libres para la expropiación de tierras, ha volteado con más fuerza hacia este lugar el apoyo de los movimientos de la región.

En este mes, del 17 al 20, acontecerá el Primer Encuentro Internacional de Derechos Humanos en el Instituto Técnico Industrial del Aguán para denunciar los crímenes diarios y levantar puentes de lucha.