Los trabajadores de la Obra Social Bancaria, nucleados en UTOSBA, se encuentran en estado de alerta y movilización en un plan de acción que están llevando a cabo en reclamo de una respuesta a la acefalía en que se encuentran. Cuentan con Inscripción Gremial, piden que la Asociación Bancaria los reconozca como gremio y exigen una actualización salarial.

Tomás Mereles es miembro de la conducción de UTOSBA y en esta entrevista cuenta cómo se desarrolló este conflicto.

-Tomás, ¿cómo empezó el conflicto de los trabajadores de la Obra Social Bancaria?

- Este conflicto comenzó hace mucho tiempo, en el 2009, cuando se desata la mafia de los medicamentos. La mafia de los medicamentos fue una serie de acuerdos espurios donde participaban las conducciones de algunas obras sociales, junto a droguerías y también en cierta manera, la inhabilidad del Estado en controlar. Esto fue una consecuencia de la crisis que tenían las obras sociales y el desmanejo que tenían las obras sociales pero fundamentalmente de la falta de control por parte de los organismos del Estado que tenían que controlar lo que hacían las obras sociales, que era la Superintendencia de Servicios de Salud. Eso generó la intervención de la obra social por parte del Estado nacional, que nombra como interventor a Pedro Ferrara. Ferrara llama a convocatoria de acreedores por la deuda que tenía la Obra Social Bancaria por seiscientos cuarenta millones de pesos. La deuda entra en concurso y un juez determina cuál es la deuda pagable, porque hay una parte que no cuenta con documentación correspondiente. De esa deuda quedaron 330 millones de pesos y cuando la intervención termina en diciembre de 2010, a través de un decreto presidencial, se estipulaba que se devolvía la administración de la Obra Social a la Asociación Bancaria, que desacata el decreto y no se hace cargo. Los trabajadores de la Obra Social estuvimos en una acefalía hasta febrero de 2011, cuando la Superintendencia de Servicios de Salud designa administraciones provisorias.

- ¿Cómo es la situación actual luego de esas administraciones?

- Estamos atentos porque en la discusión paritaria última, en abril de este año, el Ministerio de Trabajo intima a la Asociación Bancaria a que acuerden una salida al conflicto de la Obra Social. Esa salida es un acuerdo por actas firmada en el Ministerio de Trabajo mediante la que las cámaras se comprometen a aportar el 1% de la masa salarial de los bancarios del país. Por la cantidad de bancarios de la Argentina, que son unos 110.000, eso representaría unos quince millones de pesos. Este acuerdo institucional es bueno para los trabajadores porque se evita el peor de los escenario que significa que la empresa presente la quiebra. Pero el salvataje institucional no necesariamente significa el salvataje de los trabajadores, que tenemos el salario congelado desde hace casi tres años y desfasado desde hace quince. Ganamos por debajo de la media de trabajadores del país, nuestros salario están en un promedio de 4500 pesos, incluyendo el personal médico y personal a cargo.

-¿Cómo es el plan de acción en este marco?

- Hoy ninguno de nosotros habla de equiparación salarial ni se discuten las condiciones de los trabajadores de la obra social. Nosotros reclamamos la apertura de una mesa de discusión salarial y vemos que se empieza a hablar de retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas. Al no tener respuestas, planteamos medidas de fuerza, como el paro que hicimos el 7 de agosto, con un alto acatamiento dentro del Políclinico Bancario, que incluyó una misa en el día de San Cayetano. Estamos en estado de alerta y movilización. En breve tendremos una asamblea para discutir una acción directa en el momento en que asuma la Asociación Bancaria, el 5 de septiembre próximo.

-¿Cuántos trabajadores tiene la Obra Social Bancaria?

- Nosotros somos unos 1400 trabajadores a nivel nacional, de los cuales unos 900 trabajan en el Policlínico Bancario. Pero hasta la década del ’90 éramos 6000, porque la Obra Social tenía además servicios sociales que fueron desapareciendo por las políticas del neoliberalismo. Nosotros, hasta la década del noventa, estábamos dentro del convenio bancario y éramos considerados trabajadores bancarios, a través de dos decretos de fines de la década del 60, que nos mantenía la condición de bancarios, con lo cual se nos homologaba con esos convenios de banca pública. En la década del 90, un decreto presidencial eliminaba nuestra condición de bancarios. Desde entonces no tuvimos nuca más convenio y ni paritarias donde discutir salarios. UTOSBA representa la aparición de una organización de trabajadores a partir de que no teníamos ni siquiera representación gremial porque en el Congreso Nacional de la Asociación Bancaria de 1997 a los trabajadores de la obra social se les impide elegir y ser elegidos gremialmente. Recién empezamos a tener reconocimientos en el Estado en marzo de este año, cuando el Ministerio de Trabajo firma la simple Inscripción Gremial a UTOSBA.

La Obra Social Bancaria llegó a ser la obra social de mayor prestigio y excelencia en los servicios de salud de la Argentina: “Nosotros teníamos 600.000 afiliados hasta que -apunta Mereles- en el Gobierno de Menem comienza el plan de desregulación de las obras sociales. Anteriormente, los trabajadores estaban afiliados a su gremio pero también a su obra social de origen. Este plan de desregulación llevó a que cada trabajador pueda elegir a qué obra social ir. Esa competencia se debía librar entre obras sociales y la trampa era que estaban las prepagas, que armaban contratos con las obras sociales chicas. De manera tal que el trabajador tenía acceso a una prepaga, que estaban inhibidas a entrar en competencia con obras sociales. Eso fue el llamado descreme: las prepagas se quedaban con los afiliados que tenían mayor volumen de salarios, trabajadores jóvenes que padecen menos enfermedades y las obras sociales se quedaban con los jubilados. La Obra Social Bancaria fue la más perjudicada del descreme porque la patronal bancaria tenía sus intereses en el negocio de la salud”, finaliza Mereles.

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